Bueno, llegamos a Julio. Se terminó la euforia del mundial y, en lo personal, terminé el semestre en la facultad. Creo que es un buen momento para hacer un balance de mitad de año. La verdad que este año superó mis expectativas. Logré llegar a 13 mesas finales (10 online y 3 en vivo), clasificar a la serie mundial y ganar mi primer torneo en vivo. Pero por sobre todo logré modificar cosas en mi juego que por fin dieron resultado, luego de probar cambios y probar y probar y probar.
Estos cambios que realicé en cuanto a la forma de jugar determinadas cartas en los torneos no fueron de un día para el otro. Fue un proceso de mucho tiempo, en el cual tuve que hacer una gran autocrítica a mi juego y, por sobre todas las cosas, darme cuenta de cuál era el factor común a la hora de quedar afuera de los torneos.
Cada vez que perdía en un torneo tenía la sensación de que había quedado afuera de forma totalmente injusta, y que no debía cambiar mi estilo de juego, simplemente el éxito llegaría tarde o temprano, que sólo era una cuestión de tiempo. Pero realmente estaba muy equivocado. Desde finales del año pasado comencé a implementar pequeños cambios graduales que rindieron frutos a lo largo de este año.
Una de las cosas que hice para cambiar esto fue ver cuáles eran las cartas que me estaban dando problemas en los torneos. Me di cuenta que había manos “críticas” (AK, AQs, JJ, TT, 99) que necesitaban un cambio radical a la hora de jugarlas. Me di cuenta que estaba tomando una actitud muy activa a la hora de jugarlas cuando las ciegas estaban muy pequeñas con respecto a mi pila de fichas, y decidí jugar estas cartas de forma un poco más pasiva. Cuando digo de forma pasiva me refiero a no generar un gran pozo antes del flop. Lo que busco es simplemente conectar el flop y mantener el bote controlado en el caso de tener un juego mediocre. Obviamente todo va a depender de la imagen que tengamos en la mesa, de nuestros rivales, de la estructura de las luces, etc.
Igualmente el objetivo de esta columna no es hablar de cómo jugar una mano determinada ni dar consejos puntuales, sino tratar de abrir los ojos de muchos de los que juegan al poker. Tenemos que ser capaces de reconocer puntos débiles en nuestro juego y no dejar todo en las manos de la diosa fortuna. Cuando identifiquen un punto débil en su juego traten de darle tiempo a los cambios para ver si estos tienen realmente resultado o no, y hagan una evaluación continua de su juego. Esto es un proceso que durará mucho tiempo, créanme.
Una herramienta muy buena son los foros de discusión de poker, que nos permiten ver los diferentes puntos de vista de cómo jugar estas manos “críticas” e implementar las diferentes soluciones que se plantean. Hoy en día nos podemos enriquecer mucho en estos foros, tanto o más que leyendo libros de poker.
No imiten el juego de nadie, traten de ser ustedes mismos. Obviamente traten de aprender lo mejor de los demás, pero sepan que hay cosas que no se pueden enseñar, que cada uno tiene que aprender por su cuenta y encontrar su propio ritmo.
Podemos aprender exactamente cómo juegan los mejores, e imitarlos, pero ellos basan su éxito en las excepciones de las reglas, y eso es imposible de imitar.
El poker evoluciona día a día, por lo tanto nuestro juego deberá mutar en el tiempo. Eso nos tiene que llevar a una evaluación continua del mismo, en base a la autocritica y la humildad para aprender cosas nuevas.
Espero que les haya gustado la columna de este mes, cualquier duda o consulta no duden en escribirme a juan.nappa@cluburuguayodepoker.com y les responderé con gusto!